Gari Durán, Ex Senadora, Portavoz de “Familia y Dignidad Humana”, y miembro del Consejo Editorial de EL MUNDO de Baleares.
Las noches en vela, los gastos que crecen, la preocupación en esa sala de urgencias de un hospital, la angustia de las salidas nocturnas, el lidiar con los silencios o con los reproches, ese vínculo de por vida, el amor incondicional, nada de eso nos hace propietarios de nuestros hijos, cierto, pero ese no es el debate.
No es lo que se plantea con el pin parental, aunque viendo la desproporcionada reacción de la izquierda y la ultra izquierda en el poder –sí, ya sé, también cortina de humo–, a una le dan ganas de reivindicar todo lo anterior y decir que sí, que los hijos son suyos, aunque para la mayoría de los méritos una no tenga las facturas.